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4 de Mayo de 2017

La Odisea de intentar esquivar regalos fecales.

Desde que vivo en Madrid, concretamente en la zona de Oporto, he detectado varios problemas a nivel local, y uno de ellos y que quiero tratar en el diario es la invasión de excrementos de perro en las vías de paso de los inocentes peatones (a.k.a aceras).

 

Parece un problema bastante común de cualquier ciudad, pero al menos en mi caso, no me había visto nunca con la necesidad de mantener la mirada fija en el suelo para esquivar  tantas minas en un recorrido de 500m hasta mi parada de metro.

 

Como comúnmente se sabe, estas cacas abandonadas por sus despreocupados amos, las acabamos pagando entre todos no solo con nuestros impuestos sino a nivel psicológico personal, pues en el momento que te tropiezas con uno de esos regalos, el día te cambia radicalmente y las consecuencias pueden ser desastrosas (por eso del efecto mariposa y tal).

 

Así que voy a ver qué se me ocurre para llamar la atención de los vecinos con el objetivo de que entre todos tomemos conciencia y actuemos para cambiar esta situación de mie***.

Descripción gráfica:

AVISO:

Se advierte que el contenido de las siguientes imágenes puede herir la sensibilidad de algunas personas que no se han encontrado nunca con una visión tan próxima y detallada de un excremento canino. Abre la galería y descubre las imágenes bajo tu propia responsabilidad.

Las cacas vecinas

Para llamar la atención de una manera no agresiva de los amos descuidados se ha creado una pequeña campaña desenfadada donde las protagonistas son las propias cacas. Pero como soy consciente de que la imagen literal de estos excrementos puede herir sensibilidades, se ha diseñado una galería ilustrada de estos. 

 

Las ilustraciones se han creado con un estilo desenfadado y divertido y se le ha atribuido personalidad propia a las protagonistas.

 

Estos diseños se han englobado en la campaña “Las Cacas Vecinas” que ha consistido en varias acciones:

 

La creación de una pequeña galería de las ilustraciones en un punto céntrico del barrio como excusa para captar la atención de los vecinos y atraerlos para que conozcan la campaña. 

En esta galería se han expuesto las ilustraciones de las cacas y se ha reservado un espacio en el que se ha motivado a las personas a que dibujen sus propias interpretaciones de las cacas que se han convertido en nuestras nuevas vecinas.

 

En este punto de exposición, se ha aprovechado para informar a los curiosos y repartir unos flyers informativos que detallan el concepto de la campaña y llaman a la acción para cambiar la situación. 

 

Por otro lado se han creado unos adhesivos de papel (que es biodegradable y no enguarra mucho) con las ilustraciones, el concepto y la llamada a la acción, que se han pegado junto a excrementos en el pavimento de las calles para aumentar la visibilidad de la campaña por el barrio (y para ver si los auténticos propietarios de estos regalos se sienten aludidos de una vez).

El material creactivo:

Resultados

Como en algunos casos anteriores, en este proyecto ha habido diversas variables a tener en cuenta.

 

Por un lado, la acción ejecutada en la calle fue ampliamente aceptada, y la participación superó las expectativas iniciales (que eran bastante nulas).

 

Los vecinos se animaron con facilidad a dibujar sus versiones fecales y apoyaron mucho la iniciativa, pues estaban de acuerdo con la problemática y la imperiosa necesidad de hacer algo al respecto. 

 

Sin modestias, mucha gente aplaudió la idea y me felicitaron efusivamente por la iniciativa. Ouyeah.

 

Para esta problemática no se pensó en una campaña para interactuar con el público general en redes sociales ya que se trataba de una acción local del barrio.

 Aún así, los vecinos que se acercaron al punto expositor, fotografiaron y se interesaron por compartir con sus contactos la experiencia que estaban viviendo en ese momento como algo anecdótico.

 

Algunos incluso lo compartieron en sus redes sociales, pero para variar, la publicación de contenido propio en redes ha sido casi nulo.

 

En el caso de los adhesivos pegados por las calles, no se han podido valorar las reacciones pero se espera que de alguna manera haya generado un pequeño impacto y estimulado alguna acción de cambio (aunque solo sea de mentalidad).

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